Ir al contenido

Nuestros abuelos, nuestra historia

En Fundación ADS no olvidamos a quienes han caminado antes que nosotros. Por eso, cada mes realizamos encuentros con adultos mayores donde no solo compartimos alimentos o medicina, sino también historias, canciones y abrazos.

En la última jornada, doña Teresa –de 84 años– nos contó entre risas cómo aprendió a bailar mapalé cuando era niña. Ese tipo de memorias nos llenan el alma.

Nuestros abuelos no necesitan solo ayuda. Necesitan compañía, reconocimiento y amor. Y tú también puedes hacer parte de esa misión.

Ropa que Abriga el Alma – Nuestro Pulguero Solidario